¡Pentecostés un Gran Cambio!

El día de Pentecostés es un momento de unidad y propósito para la iglesia. En ese día, la iglesia estaba “unánimes juntos”, con una misma mentalidad y sentir, buscando el rostro de Dios. La unidad es clave para experimentar un mover del Espíritu de Dios y un avivamiento real.

Unidos en propósito

La iglesia debe tener un vivo celo por la doctrina y proclamar la verdad que salva. No es hora de rebajar la doctrina, sino de proclamar con firmeza la verdad.

Unidos en la alabanza

La alabanza crea un ambiente donde Dios se manifiesta y libera al que está atado por el pecado. Dios busca adoradores que le adoren en el Espíritu y en Verdad.

Unidos en poder

El Espíritu Santo llena a los creyentes y les da verdadera felicidad. Solo en Jesús podemos ser llenos de plenitud y vivir confiados.

Unidos en hechos

Dios no llamó a nadie para que solo ocupemos un sitio en la iglesia. Él te ha llamado con propósito y tiene un plan para tu vida. Juntos, podemos cambiar el mundo y experimentar un mover del Espíritu de Dios. En conclusión, necesitamos que Pentecostés transforme nuestro ser y transforme nuestro mundo. Necesitamos vivir como el día de Pentecostés, unidos en propósito, alabanza, poder y hechos. Juntos, somos invencibles y podemos lograr grandes cosas para Dios.